-Son dos pesos cincuenta-
y era todo lo que tenia...
Metí mi pata de palo en el carrito de mercado, era difícil distinguir entre una carta de amor y una lenteja, sin pensarlo mucho la agarré.
Me fui a la plaza más cercana y me senté en forma de mesa, mientras un perro-cocodrilo no dejaba de mirar mi pata ofensivamente.
La sostuve en mi mano por un rato, tenia un color amarillento y arrugado en las esquinas, me recordó a esas cosas que guindan en el cielo injustificadamente. No me quedó otra que abrirla, ya que no aceptaban devoluciones.
Sra. Margaret Goldenberg
2712 Ave. El retiro.
25 de enero
Las ropas tendían en los hilos, secas y tiesas de varios días. Ahora están guardadas y dobladas dentro la gaveta.
Cariños
Margaret
PD: Los hilos se enredaron en mi mano.
Me pareció una coincidencia y a la vez confuso que tuviera el mismo nombre que mi hermana, luego me di cuenta que perdía el tiempo pensando en mi hermana. Inmediatamente me paré y empece a correr y cojear a la vez, con la carta en la mano como si fuera importante, no iba a ningún lado solo daba vueltas al rededor de la plaza, me gustaba sentir el estrés innecesario. A la vuelta 14, recordé que debía lavar mi ropa, pero para hacerlo necesitaba dos pesos cincuenta.
domingo, 12 de abril de 2009
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2 comentarios:
:) "me recordó a esas cosas que guindan en el cielo injustificadamente" me imaginé uno de esos muchos papagayos de bolsa amarilla que intentan levantar a los barrios en el aire... bonita imagen...
Hola Ivonné, me gustaría seguir tu blog pero no encuentro como, ¿tienes la herramienta seguidores por alguna parte?
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